La vida moderna nos enclava en una rutina enfermiza que nos va matando poco a poco, en donde estamos obligados a tomar la vida con una forzada sonrisa, la cual mostramos a los demás intentando reflejar una apariencia falsa de nosotros, en donde por un lado tendremos que convivir con la imagen que deseamos proyectar y la vida que en verdad llevamos, vida en la cual debemos mentirnos a diario para seguir soportándola, ayudados por el ferviente opio de aparentar , viviendo para el resto y no para nosotros ni para aquellos debemos cuidar y amar.
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